Nos hemos alojado en El Molino del Camino un fin de semana dos matrimonios con tres niños en total, y hemos estado muy a gusto. La casa en la que hemos estado tiene cuatro habitaciones dobles, cada una con su baño privado. Los colchones son muy cómodos y se descansa bien. El salón, de buen tamaño, dispone de una chimenea de leña con horno estupenda, de gran tamaño, que calienta mucho. Da gusto estar en torno a ella. También hay una mesa muy grande para comer todos juntos y tener buenas sobremesas. En cambio, la cocina nos ha parecido pequeña. Dispone de todo tipo de menaje, pero sólo tiene dos fogones pequeños de gas, tipo camping, para cocinar, lo que se queda un poco escaso. También hay un fuego eléctrico pero, al menos nosotros, no nos hemos entendido bien con él. Otro aspecto que no nos ha convencido del todo es que la calefacción no se puede regular dentro de la propia casa. De hecho, tuvimos que pedir que no la apagaran por la noche, algo que cumplieron. Hay wifi y funciona bien, aunque nosotros hemos estado unas horas sin él por necesidades de los propietarios. Hablando de ellos, destacar su amabilidad. Nada más llegar nos trajeron unos productos de la huerta fantásticos (pimientos y tomates), de los que dimos buena cuenta. Por lo demás, es un sitio muy tranquilo, bien comunicado, ideal para pasear por el campo, relajarse y descansar. A quién le gusten los animales, hay de todo: perros, gatos, pavos, patos, cabras, gallos, etc. Nuestros niños, en concreto, han disfrutado mucho de los perros, que nos han acompañado en nuestros paseos. Nuestra conclusión es que El Molino del Camino nos ha gustado, lo recomendamos y nos gustaría volver en alguna ocasión.…