Nada más entrar me sentí como en casa. Kabita, la dueña del restaurante, nos dio la bienvenida y durante todo el transcurso de la cena se preocupó de que quedáramos satisfechos con la comida. No sólo Kabita, también su equipo de camareros fue muy atento...en todo momento. El servicio es muy amable y ágil, ¡y qué decir de la comida! Preocupada al principio por acertar con la elección, luego me di cuenta de que no importaba demasiado lo que hubiéramos elegido ya que todos los platos que salían de cocina tenían una pinta buenísima. Optamos por empanadillas rellenas de verduras, estofado al estilo nepalés de cordero y pollo, espinacas al curry con queso y un delicioso pan relleno de coco y frutos secos. Sin duda no deja indiferente.Más