Elegimos este hotel por los comentarios de Trip y acertamos totalmente. Pasamos 10 días de luna de miel compartiendo nuestro tiempo con una familia maravillosa, única, la que nos encontramos en este excelente hotel gestionado de una forma que te hace sentir como en casa.
Perfecta ubicación muy cercana a la increible playa de Posada, con kilómetros de arena blanca sin casi nadie en ella, al menos a finales de junio.Desde esta localidad, visitamos toda la costa desde Cala Gonone hasta Santa Teresa de Gallura. Impresiona lo bonita que puede ser esta isla.
Volviendo al hotel, sus habitaciones pueden parecer austeras y chocan un poco con lo que habitualmente nos encontramos en hoteles de la misma categoría, pero las camas son muy cómodas, todo está superlimpio y el ambiente que se respira es maravilloso.
Las cenas muy buenas y abundantes con productos típicos de la tierra. Los desayunos muy buenos los dulces, de lo salado no puedo decir lo mismo, ya que siendo bueno, había muy poca variedad.
Recomiendo este hotel, este pueblo y esta isla, he ganado amigos y vivido una experiencia que pensamos repetir.
Impresiona ver que muchos de los huéspedes habían repetido estancia y algunos de ellos, recuerdo una peculiar pareja de Finlandia con los que compartimos unas grappas, son habituales todos los años.
Aprovecho para enviarles un fuerte abrazo a todo el equipo del hotel y especialmente al GRANDE MIRKO Y GRANDE FRANCESCO a los que...Elegimos este hotel por los comentarios de Trip y acertamos totalmente. Pasamos 10 días de luna de miel compartiendo nuestro tiempo con una familia maravillosa, única, la que nos encontramos en este excelente hotel gestionado de una forma que te hace sentir como en casa.
Perfecta ubicación muy cercana a la increible playa de Posada, con kilómetros de arena blanca sin casi nadie en ella, al menos a finales de junio.Desde esta localidad, visitamos toda la costa desde Cala Gonone hasta Santa Teresa de Gallura. Impresiona lo bonita que puede ser esta isla.
Volviendo al hotel, sus habitaciones pueden parecer austeras y chocan un poco con lo que habitualmente nos encontramos en hoteles de la misma categoría, pero las camas son muy cómodas, todo está superlimpio y el ambiente que se respira es maravilloso.
Las cenas muy buenas y abundantes con productos típicos de la tierra. Los desayunos muy buenos los dulces, de lo salado no puedo decir lo mismo, ya que siendo bueno, había muy poca variedad.
Recomiendo este hotel, este pueblo y esta isla, he ganado amigos y vivido una experiencia que pensamos repetir.
Impresiona ver que muchos de los huéspedes habían repetido estancia y algunos de ellos, recuerdo una peculiar pareja de Finlandia con los que compartimos unas grappas, son habituales todos los años.
Aprovecho para enviarles un fuerte abrazo a todo el equipo del hotel y especialmente al GRANDE MIRKO Y GRANDE FRANCESCO a los que espero ver nuevamente pronto.Más
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