Pocas veces se puede decir con total seguridad que se ha probado lo mejor de alguna cosa, y ésta es una de ellas. Se trata de algo que, de primeras, parece poco elaborado, un Kebab, pero se trata de algo exquisito, fuera de lo común. Aquí lo llaman Gemüsekebab, y siempre lo preparan con carne de pollo. Lo acompañan de verduras que previamente han cocinado, algo de verdura cruda, queso feta, una combinación de salsas deliciosa sobre una base de pan muy digna, y finalmente un toque de limón. Perfecto, sencillamente genial.
El sitio es un puesto en la calle que puede disuadir a primera vista, pero cuando se pasa cierto tiempo en Berlín uno se acostumbra y aprende a encontrar las mejores cosas en puestos callejeros. Por otro lado, al ser prácticamente del tamaño de un kiosco, no dispone de espacio para atender a toda la gente que se acumula, por lo que se suelen formar largas colas y hay que comerlo de pie. Pero a pesar de ello, merece completamente la pena.
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