He pasado una semana en este hotel (por trabajo y por ocio) y en lineas generales bien. Lo que mas me ha gustado ha sido el trato cercano, desde la recepción, pasando por los camareros, hasta el propio director o dueño del hotel ("sufridor" como se definió el mismo cuando me saludo al hacer el checkout). Las salas de reuniones están perfectamente preparadas para una reunión incluyendo el wifi aunque no tiene mucha potencia y se pierde señal (en las habitaciones el wifi gratuito se pierde por completo, y no veo que den la opción ni siquiera pagando). Es algo que debería mejorar (digamos los aspectos tecnológicos). Me aloje en una junior suite de la tercera planta (habitacion mas salon anexo), ambas con TV (la del salon moderna, una Samsung plana LCD pero la de la habitación bastante anticuada). Las vistas (por lo menos desde esta suite) eran impresionantes dado que justo estaba en la esquina con vistas tanto al puerto como la playa. El único pero es la falta de mantenimiento de la habitación, se notaban desconchones en puertas y sanitarios que, si se hicieran inspecciones periódicas, deberían ser reparados. Respecto de la limpieza diaria tampoco veo que sea muy esmerada, especialmente la limpieza de suelos. Si eres amante del arte moderno como yo sin duda disfrutaras de este hotel, el nivel de pintura, grabados y escultura es impresionante y todo (o casi todo) está a disposición de los clientes por si quieres comprar. El paseo hasta el centro de Sitges son 15-20 minutos a buen ritmo, pero ya de por si merece la pena. A mi me gusto porque de hecho es una zona más tranquila y no tiene el bullicio del centro. En definitiva, si cuidaran más los detalles de mantenimiento una muy buena opción para Sitges, ya sea por trabajo o por placer.