
9 viajes por carretera increíbles en Europa
Haz las maletas, prepara tu lista de buena música y emprende un viaje por carretera para ver los mejores lugares de Europa. Nosotros nos encargamos de los itinerarios: desde rutas por la costa para disfrutar de la brisa hasta magníficas rutas cruzando el país.
Ruta Bloemen, Países Bajos
Distancia: 40 kilómetros

Es complicado dar con un viaje por carretera más colorido que la ruta Bloemen, en la que puedes contemplar todo de campos florales (tulipanes, jacintos, narcisos y mucho más) al oeste de los Países Bajos. Empieza en Haarlem (19 kilómetros al oeste de Ámsterdam) para admirar las pinturas florales de los maestros neerlandeses en el Museo Frans Hals, una de las mejores galerías pequeñas del país. Desde este punto, dirígete a Lisse para visitar el Keukenhof, un jardín de 28 hectáreas que destaca el talento de los floricultores neerlandeses con exposiciones interiores y exteriores de más de 7 millones de bulbos. Saca tiempo para visitar también el castillo del siglo XVII justo enfrente. En Leiden, explora el jardín botánico del siglo XVI y no te pierdas el museo del molino de viento De Valk. Termina en Naaldwijk, donde puedes hacer visitas guiadas a la enorme subasta de flores de la ciudad. La mejor época para visitarla es abril o mayo, cuando las flores están en plena floración. Te recomendamos partir entre semana para evitar el tráfico del fin de semana.
La Selva Negra, Alemania
Distancia: 60 kilómetros

Con sus casas de entramado de madera y colinas llenas de árboles oscuros, la Selva Negra es uno de los lugares más pintorescos de Alemania que ha inspirado muchos de los cuentos de hadas de los hermanos Grimm. Contempla todo su encanto conduciendo por la Schwarzwaldhochstrasse, un tramo elevado de carretera entre Freudenstadt y Baden-Baden. Se trata de una extensa carretera con vistas panorámicas de fácil conducción gracias a su superficie lisa. Hay muchos lugares en la parte más alta de Hornisgrinde donde puedes hacer un alto para contemplar los valles y bosques frondosos de la región. El tramo final hacia Baden-Baden atraviesa el bosque en zigzag. Celebra la llegada a tu destino con un baño restaurativo en las aguas termales de este complejo termal del siglo XIX.
La Costa de Amalfi, Italia
Distancia: 69 kilómetros

Entre Sorrento y Salerno en el suroeste de Italia, la Costa de Amalfi es una de las rutas más románticas del mundo. Los pueblos medievales de colores pastel se aferran a las laderas frente a un paisaje mediterráneo de montañas verdes, limonares y enormes riscos. La mejor manera de explorar este lugar declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco es en un coche italiano clásico con la capota bajada. Las carreteras son serpenteantes, estrechas y, en algunos tramos, desafiantes, pero las vistas son espectaculares. Te recomendamos que conduzcas de este a oeste para disfrutar de las vistas junto al mar y que reserves alojamiento para pasar la noche en Ravello, donde Wagner, D. H. Lawrence y Virginia Woolf encontraron la inspiración; Positano, con parajes fotogénicos y Amalfi, donde las soleadas plazas dan paso a una pequeña playa.
Trollstigen, Noruega
Distancia: 105 kilómetros

Este exigente recorrido en el oeste de Noruega serpentea por una ladera escarpada en el valle de Isterdal y tiene al menos 11 curvas cerradas. El “camino de los troles” suele estar abierto únicamente entre mediados de mayo y octubre, y hasta 2500 coches al día suben las pronunciadas pendientes durante la temporada alta. Parte lo antes posible para evitar los autobuses turísticos y conduce sin prisas para apreciar el paisaje de fiordos, cataratas y lagos. El mirador más grande está a 200 metros por encima del nivel de la carretera y hay una oficina de turismo en la cima donde puedes parar a tomar un café y probar los gofres noruegos.
La Hringvegur de Islandia (Ruta 1)
Distancia: 1336 kilómetros

Cuando se trata de rutas espectaculares, Islandia es insuperable. ¿Dónde más puedes ver volcanes activos, fuentes geotermales, campos de lava, cataratas atronadoras y fiordos impresionantes en un mismo viaje? Y a todo eso hay que sumarle la magia de las luces del norte. La Ruta 1 circunnavega la isla y conecta la mayoría de las partes habitadas del país. Dar toda la vuelta te llevará entre 7 y 10 días. Lo más destacado es Reykjadalur o “valle de vapor”, donde puedes bañarte en un río de agua caliente; Skógafoss, una de las cataratas más grandes y bonitas de Islandia; Jökulsárlón, un precioso lago glaciar y Vatnajökull, el mayor glaciar de Europa. Durante los meses de verano, mantén los ojos abiertos ante los rebaños de ovejas que cruzan las carreteras y, en invierno, ten en cuenta que algunos tramos de la Ruta 1 pueden estar cerrados.
La carretera Atlantic Highway, Inglaterra
Distancia: 124 kilómetros

En el suroeste de Inglaterra, la carretera Atlantic Highway es una ruta costera que enlaza dos de las regiones más bonitas del país: Devon y Cornwall. El recorrido es más suave que cautivador, con una serie de pendientes poco profundas y curvas que serpentean entre pintorescos pueblos pesqueros, ruinas celtas y playas recónditas. Empieza en Barnstaple, una próspera ciudad mercantil con una colina normanda y un puente del siglo XIII antes de dirigirte a Bude para relajarte en una de sus playas ideales para hacer surf. Más al sur, se encuentra Tintagel: el supuesto lugar de nacimiento del rey Arturo y las ruinas de un castillo del siglo XIII asentado en un cabo al que solo se puede llegar desde un puente peatonal. Acaba en Newquay, una animada localidad en un acantilado llena de bares, discotecas y tiendas de surf.
De Marsella a Mónaco, Costa Azul
Distancia: 298 kilómetros

Haz como Grace Kelly y Cary Grant y disfruta de un recorrido por la Costa Azul con la capota del coche bajada. Esta famosa ruta costera está llena de complejos turísticos de lujo, ciudades en lo alto de las colinas y carreteras de montaña serpenteantes. Si no te sobra el tiempo, puedes condensar lo más destacado (Saint-Tropez, Cannes, Niza y Monte Carlo) en una escapada de fin de semana, pero lo ideal sería dedicar una semana para disfrutar de la Costa Azul en todo su esplendor. Empieza en Marsella, una ciudad inquieta con un floreciente panorama artístico y un animado puerto, y sigue la costa hasta Saint-Tropez para relajarte en la playa de Pampelonne con la gente guapa y bronceada. Da un paseo de rigor por La Croisette en Cannes y deja algo de tiempo para explorar los tesoros culturales de Niza. Entre Niza y Mónaco, sigue la Grande Corniche, una ruta elevada construida por Napoleón. Para terminar por todo lo alto en Monte Carlo, sigue el circuito del Gran Premio de Mónaco.
Carretera Transfăgărășan, Rumanía
Distancia: 90 kilómetros

Da rienda suelta a tu afán de conducción en esta fantástica carretera de montaña en el centro de Rumanía. La carretera Transfăgărășan atraviesa los montes Făgăraș en los Alpes de Transilvania y sigue el curso del río Argea. Las curvas cerradas hacen que la ruta sea exigente, pero vale la pena por las espectaculares vistas de altura (el punto más elevado alcanza los 2042 metros). Construida en los años setenta como ruta militar para cruzar las montañas en caso de una invasión soviética, esta carretera suele estar abierta únicamente entre junio y octubre. Las panorámicas incluyen las ruinas del castillo de Poenari, antiguo hogar de Vlad el Empalador, y el lago glaciar Bâlea.
Anillo de Kerry, Irlanda
Distancia: 193 kilómetros

Hay un motivo por el que el Anillo de Kerry es uno de los viajes por carretera más populares de Europa. Este circuito con buenas vistas en el suroeste de Irlanda es un tour por los grandes puntos de interés de la “isla esmeralda” que recorre salvajes playas del Atlántico, montañas escarpadas y pueblos con encanto. Emprende esta aventura a primera hora de la mañana desde Killarney y viaja en el sentido de las agujas del reloj para no ir a la cola de todos los buses turísticos. Haz una parada en Ladies View para ver el Parque nacional de Killarney en todo su esplendor antes de ir a Kenmare, una localidad con encanto llena de casas de los colores del arcoíris y pubs tradicionales. En Staigue Fort, explora el antiguo círculo de piedra y sigue la carretera hasta Portmagee para disfrutar de las vistas a la isla Skellig Michael, un antiguo asentamiento monástico. Deja algo de tiempo para ir a la playa de Rossbeigh (un lugar popular entre los surferos) antes de terminar con un tour en el castillo de Ross de vuelta a Killarney.
Este artículo se publicó originalmente en Jetsetter.com