Barcelona: la ruta de tapas definitiva
En Barcelona, las tapas no son solo comida, sino que representan toda una institución. A continuación, te explicaré cómo pedirlas y los mejores sitios para probarlas.
Si tienes pensado visitar Barcelona, seguramente ya te lo habrás estudiado todo sobre la impresionante arquitectura de Gaudí, pero te diré que la cultura de las tapas es igual de importante.
Por si aún no lo sabías: el tapeo (ir de tapas) es una forma social de comer que se basa en compartir pequeños platos y bebidas, y constituye la esencia de la vida social en Barcelona. Además, este estilo de comida es perfecto si quieres probar muchos platos, en lugar de limitarte a pedir un entrante y un plato principal. En Barcelona, puedes sustituir una comida completa si pides de dos a tres tapas por persona (pero recuerda que son para compartir, así que si vas con cuatro personas más, puedes acabar probando una docena de platos). También debes tener en cuenta que ir de tapas no es solo una actividad nocturna; otro momento usual es a última hora de la tarde, e incluso puedes hacer un “segundo desayuno” a media mañana (que te sentará todavía mejor si lo acompañas con una copa de cava espumoso).
Os diré, por experiencia, que resulta un poco intimidante tener que hacerte un hueco entre la gente de la zona para pedir mientras intentas comunicarte en el idioma de las tapas (por no mencionar que la carta puede estar en catalán, en español o en ambos idiomas). Pero he aprendido de amigos, profesores y gente de la zona, y ahora voy a compartir sus secretos contigo.
A continuación, te explicaré cómo funciona este mundo y dónde encontrar las mejores tapas. ¡Vamos a comer!
Tapas para principiantes: Cervecería Catalana
Para iniciarte en el ambiente de las tapas de Barcelona, ve a la Cervecería Catalana, uno de los lugares más populares y concurridos de la ciudad, no te decepcionará. Los camareros se desenvuelven bien con la gente que no habla español a la perfección y están encantados de dedicar un momento a recomendarte platos aunque haya mucha gente (esta es una de las muchas razones por las que es mi lugar favorito para llevar a amigos y familiares que vienen a visitarme). La oferta va desde el sencillo pan con tomate (aderezado con ajo y aceite de oliva) hasta las croquetas (bolas fritas de bechamel rellenas de carne o verduras) y el pulpo a la gallega.
Qué pedir: para iniciarte en el tapeo barcelonés, opta por las tapas clásicas: pan con tomate, patatas bravas (patatas fritas con una salsa cremosa y un toque picante), jamón ibérico (procedente de cerdo ibérico) y tortilla de patatas.
Consejo: ¿Quieres que tus tapas favoritas vengan en un plato más grande? Muchos lugares ofrecen raciones, de mayor tamaño (normalmente el doble) que el típico plato de tapas.
Un local histórico escondido: El Xampanyet
Una de las grandes ventajas de las tapas es que no tienes que ir a un solo lugar o pedir un solo plato. Puedes pasear por la ciudad e ir parando en diferentes bares para tomar una copa y comer algo antes de pasar al siguiente. Sin embargo, hay algunos lugares en los que apetece quedarse un poco más. Este es el caso de El Xampanyet, un bar acogedor escondido en el entramado de calles del barrio Gótico de Barcelona, que data de 1927 y se nota por las estanterías llenas de botellas polvorientas y las paredes con pequeños recuerdos de Cataluña y coloridos mosaicos.
Qué pedir: empieza con una copa de cava blanco espumoso que lleva el mismo nombre que el bar y, a continuación, pide las navajas o los macarrones con queso y una salsa de carne muy buena, ambas tapas son deliciosas.
Consejo: los bares de tapas suelen ser sitios ruidosos, caóticos y desorganizados, así que no esperes que los camareros te dediquen mucho tiempo o estén pendientes de ti cada cinco minutos. Si quieres algo, deberás pedirlo. Levanta la mano o, si es necesario, pídelo con un tono de voz más alto. Así es como funciona en España: no te lo tomes como algo personal, forma parte de la cultura.
Una experiencia de tapas de gama alta: Paco Meralgo
Los bares de tapas de Barcelona no se limitan a ser sitios abarrotados en los que debes abrirte camino para llegar a la barra y hacerte un hueco entre la gente. Hay algunos lugares que le han dado una vuelta a las tapas más sencillas y clásicas, y les han añadido un toque creativo y artístico. Para mí, no hay mejor lugar para vivir esta experiencia que en Paco Meralgo. En este sitio, las tapas son las protagonistas. La cocina funciona a las mil maravillas y el servicio es de primera. El personal te prestará mucha atención y te quedarás impresionado con la creatividad y calidad de los platos.
Qué pedir: las croquetas de sepia siempre son uno de mis platos estrella para pedir, pero aquí todo está delicioso.
Consejo: no pidas todas las tapas a la vez, ve a tu ritmo. Empieza con algo ligero, como aceitunas, gildas (aceitunas y anchoas en brocheta) o boquerones en vinagre. A continuación, prueba los embutidos, las frituras como calamares o croquetas y, por supuesto, las legendarias patatas bravas de España.
Recuperar el arte del vermut: Morro Fi
Si quieres sentirte como si fueras de aquí, te recomiendo participar en la tradición catalana de tomar un vermut. El hecho de beber este vino fortificado infusionado con hierbas es a la vez un ritual y un evento social, un momento, normalmente a primera hora de la tarde, en el que los amigos se reúnen para tomar una copa y picar algo. Hay muchos bares en los que puedes tomar vermuts por toda Barcelona, pero Morro Fi es uno de los mejores. Este bar es un lugar estupendo que elabora su propio vermut y lo sirve junto a tapas ligeras y saladas; una parada ideal cuando tienes que ir a una reunión o comida más tarde.
Qué pedir: por supuesto, ¡un vaso de vermut! y unas patatas fritas caseras o algunas conservas, como mejillones y ostras. Espera a probarlas, no se trata de las típicas conservas, sino de productos gourmet que te sorprenderán por su calidad y sabor.
Consejo: tradicionalmente, el vermut se tomaba los domingos a mediodía como aperitivo antes de las abundantes comidas familiares; pero ahora, a la gente de la zona les gusta pedirlo siempre que necesitan un pequeño estímulo.
Para descubrir por qué los vascos lo hacen mejor: Tasqueta de Blai
Los vascos son los reyes de la gastronomía en España, y sus pinchos (en euskera “pintxos”) son la máxima expresión de su destreza culinaria. Los pinchos son como la versión vasca de las tapas, es decir, pequeñas piezas de arte comestible ensartadas con un palillo en una rebanada de pan para que sirva de base. Puedes encontrar bares de pinchos por toda Barcelona, pero la Tasqueta de Blai es uno de los mejores. Coge un plato y ve a la barra, en la que están expuestos todos los pinchos, para servirte lo que te llame la atención (y no te preocupes si ocupas el espacio personal de los que están sentados en la barra antes de llevarte tu plato lleno a la mesa y darte un festín, así es como se come al estilo vasco en Barcelona).
Qué pedir: te apetezca lo que te apetezca: acertarás y, además, hay mucha variedad para elegir. Mis pinchos favoritos son los de chorizo o chistorra (un tipo de salchicha vasca), así como los de salmón y queso crema. La Tasqueta de Blai se encuentra en la calle Blai, una calle repleta de bares de pinchos, lo que la convierte en el lugar perfecto para una ruta de pinchos.
Palillos de los pinchos: no todos los pinchos valen lo mismo, y los precios oscilan entre 1,50 y 3 €. Elige los que quieras en la barra, pero guarda los palillos hasta el final. Los camareros sumarán el importe en función del número de palillos que tengas.
Un bar que creó una leyenda: La Cova Fumada
Olvídate del Barça, la verdadera estrella de Barcelona es La Bomba. Se trata de una tapa que nació aquí, en la humilde La Cova Fumada, cuando un cliente gritó “¡Guau! ¡Esto es la bomba!”, después de probar la salsa picante que había encima. La Bomba es una bola hecha con puré de patata y rellena de carne, que se fríe y se baña en una salsa tan picante que te hará sudar. Si quieres probar la tapa original, éste es el lugar, un bar sin nombre en el antiguo barrio pesquero de la ciudad, la Barceloneta.
Qué pedir: La Bomba, por supuesto, pero este lugar también es famoso por su marisco de primera calidad. Prueba los calamares o las sardinas a la plancha.
Consejo: nadie sabe a ciencia cierta cómo comenzó la tradición de las tapas. Una posible explicación es que los camareros acostumbraban a servir las bebidas con un plato de aperitivos encima para ahuyentar a las moscas que asolaban los bares de la época. Tapa significa cubierta o pieza que cierra por la parte superior.
Un bar en el que solo se puede estar de pie: Quimet y Quimet
¿Crees que ya sabes todo sobre las tapas? Pues aún no has visto nada hasta que no visites Quimet y Quimet, uno de los mejores y más arriesgados locales de tapas de Barcelona. Este pequeño local es todo de montaditos, que son pequeños bocados sobre una base de pan. Solo se puede estar de pie y está abarrotado, así que no esperes sentarte ni quedarte aquí mucho rato. Tardarás una hora, como máximo, en comer, beber e irte, por lo que es la parada perfecta en tu ruta de tapas por el animado barrio del Poble Sec.
Qué pedir: empieza con una copa del vino de la casa o un vermut y continúa con mi montadito favorito, el de salmón cubierto de yogur. Si quieres algo más atrevido, prueba el de atún con erizo de mar.
Consejo: pagar la cuenta después de una ronda de tapas puede ser todo un reto, ya que resulta bastante difícil llamar la atención de un camarero. Una vez más, que no te dé vergüenza mover la mano o alzar la voz y pedir: “la cuenta, por favor”.