No satisfecho con haber visitado "sólo" dos fábricas de sake, nos dirigimos a Kamoizumi. La calle en la que está situado es muy estrecha, por lo que a pie junto con los niños, en medio de la lluvia, fue un poco precario. El mapa que teníamos no era muy servicial, como la puerta de la bodega estaba situado en un lugar diferente y no estaba muy bien señalizado para los que no hablan japonés. En su interior, había una gran variedad de artículos a la venta, y un puñado de sake de degustación, varios de los cuales son unpasteurised y deberán conservarse en la nevera. Los sakes estaban bien, pero no es extraordinario, aunque la cata se mejoró cuando un empleado con un gran dominio del inglés nos dio alguna información sobre la gama extra. Sin duda vale la pena el viaje.

Visitamos 2 años durante el festival de sake. Muy buena comida maridaje de sake con ostras y miso asados a la parrilla. Entre Las mejores umami notas con atractivo complicado. Compramos una botella de sake madurada durante más de 15, fue perfecto!