Es muy bonito el templo, pero el ambiente espiritual puede no ser el mejor debido a que se comercializó demasiado, como de por si ya es todo Bali donde ven al turista como un árbol de dinero. Igualmente es una experiencia que puede llamarse imperdible, pero la verdad que en el viaje a cualquier punto turístico importante alli se convirtió en una odisea y la prevención viaja con uno, pues en todo momento aparece alguien a tratar de hacer comprar algo, desde la llegada ni se le ocurra a uno aceptar frutas porque no es degustación es una forma de atrapar el pago de sumas ridículas, hasta cobran por ayudar a colocar el sarong.. Por otro lado uno paga y no hay información de nada... Asi que ir preparado, hay revisiones de como es el ritual de purificación o en su defecto pagar el costoso guía que pueda contratar, el sarong esta incluido para que tenga en cuenta, hay lockers de cobro y bueno se puede salir por donde se entra, esa salida que proponen es para entrar a un mercado laberintico infinito... Eso si al parecer mas económico y mas transitable que el de Ubud que es estresante, congestionado y ademas de mal trato al turista, por lo que este mercado puede ser alternativo para quienes deseen comprar algo...
Por otro lado los baños son antihigienicos, una pesadilla para quien necesite y eso que con el pago de la entrada podrian mejorarlos respetando el turismo que les da también para comer.
Puedo decir que no es la experiencia más espiritual, más bien el timo mas espiritual como desafortunadamente en general Bali se ha convertido gracias a sus propios habitantes.