Y en las proximidades de Alcalá de los Gazules, a escasos 5 km de la localidad, cabe no dejar de visitar el Santuario de Nuestra Señora de los Santos, al que hay que poner en relación con la Batalla de Pagán (1339) y la Batalla del Salado (1340), una de las batallas más importantes del último periodo de la Reconquista: en ella, las fuerzas combinadas de Castilla y Portugal derrotaron decisivamente a los benimerines, último reino magrebí que trataría de invadir la Península Ibérica. La crónica de Alfonso XI cuenta que al amanecer del día de la batalla la hueste cristiana pudo contemplar un pendón colgando de un árbol con la imagen de Jesús Crucificado. La Batalla se tuvo como hecho milagroso y en su recuerdo se levantó la Cruz el Humilladero con el trisagio "Santus, Santus, Santus”. Esta piedra está hoy en los cimientos de la iglesia. El edificio, aunque su origen constructivo se remonta al siglo XIV, debe su actual traza al siglo XVII. La iglesia de planta rectangular, cubierta con bóvedas de cañón está rematada con un pequeño presbiterio, cubierto por una cúpula de media naranja sobre pechina bellamente decorada. La capilla está presidida por el camarín de la Virgen y data de 1769. Es de planta octogonal con cúpula de media naranja, con decorado de madera pintado de colores y espejo, rematada por un rompimiento del cielo sobre el que se cuelga la Paloma Divina. Es interesante señalar que el santuario se concentra la mayor y más interesante colección de ex-votos de Andalucía, conformada por cuadros pintados en distintas técnicas (y que algunos datan del año 1758) con los milagros concedidos a cada persona o familia. Un lugar en medio del campo que rezuma paz, que emana la fe de los alcalaínos, como se conoce a las personas de Alcalá de los Gazules, pueblo en medio del Cádiz que rezuma poesía.