Está un poco apartada de la capital, pero es una preciosidad. Un poco concurrida por deportistas de agua. Hay un hotel y un pueblito con un chiringuito barato. Merece la pena hacer el sendero hasta el faro de San Pedro, no apto para gente con vértigo

En nuestro primer día en Mindelo cogimos un taxi para el aeropuerto el pasado Foya Branca Resort. Desde allí comenzamos a caminar por un sendero precioso en los acantilados sobre el mar hacia el Faro de Ponta do Farol. Después de unos 30 minutos, con el faro ya no estar lejos, tuvimos que volver debido a un trozo de roca que habían bloqueado el camino ya estrechas (las personas con vértigo pueden alojarse lejos del comienzo). En nuestro camino de vuelta pudimos ver por bastante tiempo una piscina gigante ray manta en la superficie del mar. Al lado me sentí como ir a nadar. Hay algunas olas, pero no el tamaño, que me hubiera inhibido de entrar en el agua. Este fue un error que yo estaba a lamentar más tarde. Había estado nadando durante un tiempo no demasiado lejos de la tierra, cuando, de repente, una ola mucho más grande que todos los anteriores en sí, construido junto a mí y me tiré alrededor como si una potencia lavadora. Primero pensé que mi espalda estaba rota y tenía miedo de que no me podía mover mis piernas ya, pero por suerte me sentía dolor y logró llegar a la orilla, donde mi esposa estaba esperando, que no había sido lo suficientemente inteligente para probar las olas. Me las arreglé con muchas dificultades para caminar en la arena hacia el pueblo de Sao Pedro, donde nos habíamos dado cita con nuestro conductor de taxi.