Probablemente salteado por muchos, es un antiguo mercado intrigante en forma octogonal. Fue construido a mediados del siglo XIX. Está cubierto, incluyendo pasillos perimetrales cubiertos. Hoy en día sirve como centro cultural para exposiciones, reuniones, debates y conciertos.

Vale la pena visitar el mercado de Chartrons (Halle des Chartrons) por el "mercado" en sí y por el camino desde la parada del tranvía (línea be) en Chartrons. Puede usar la línea C de tranvía y bajarse en la parada Paul Doumer, que está más cerca, pero se perderá el paseo recomendado por la calle Notre Dame. Notre Dame es una calle estrecha y tranquila con pequeñas tiendas a ambos lados, muchas de las cuales venden antigüedades. Puede sentarse a tomar una taza de café en uno de los pequeños cafés en la acera o adentro, o puede comprar pan o pasteles en la pequeña panadería. Cielo. Si mencioné el cielo, frente a la panadería se encuentra una iglesia impresionante - Eglise Sainte - Louis. El "mercado" está cerca. El mercado es realmente un grupo de tiendas y restaurantes que rodean una plaza rectangular. Puedo recomendar tres de estas tiendas (fueron las únicas que hemos ingresado):  - Un fabricante de queso y cremas con todo tipo de productos lácteos, sólidos y líquidos. El fuerte olor en el interior puede disuadir a algunos, pero nos gustó mucho y compramos algunas de sus especialidades para llevar a casa.  - Una cafetería donde puede sentarse a tomar una buena taza de café, pero también con café molido o cápsulas de café (Nespresso compatibles, ya he comprobado) mucho más barato.  - Una casa de té, donde pasamos una hora relajada de calma y brisa en el patio trasero abierto disfrutando de una taza de té excelente. Difícil elegir uno, ya que el menú del té contiene muchos tipos. Cerca de allí también puede optar por visitar el museo de historia marítima o el museo del vino.