Veniamos a conocer este campo, cociendo los demás campos de Fuerteventura y sabiendo que el factor viento nos iba a retar jugar aqui... Lo que no nos esperabamos encontrarnos con un campo en tan malas condiciones. Los buggy imposible de conducir, con la dirección del volante mál, sin nevera para el agua, ni limpiabolas, y por su puesto sin GPS. Las calles secas, duras y en muchos sitios sin cesped. Los bunker parece que llevan cemento en vez de arena. Los lagos, con charquitos de agua podrido, lleno de bolas. Los greenes no son nada receptivos, duras y muy irregulares, en muchos lugares con hierbas malas. Facilidades del vestuario lamentable. En resumen, este campo no reune las condiciones para pasar un rato agradable y tiene gran falta de mantenimiento y de agua. La atención en la recepción fue muy amable y profesional. Lo mejor del día, el restaurante en el clubhouse: excelente servicio, muy amable y los platos que probamos muy ricos.

El campo cuenta con unas magníficas instalaciones y un diseño exigente en el que el fuerte viento dominante habitualmente es una de las principales complicaciones. El entorno, junto a la costa, permite disfrutar del golf con unas bonitas vistas del litoral de El Castillo. El servicio lo completan una tienda con una amplia variedad de productos y un restaurante, con una variada carta, que permite disfrutar de unas preciosas vistas del campo