El sentimiento de las personas es infinito y este humilde banco para sentarse quien quiera mientras se relaja contemplando el mar, es un claro ejemplo de ese sentimiento que todas las personas llevamos en nuestro interior. Este maravilloso Mirador se ha convertido en un punto de referencia para los senderistas, por aquí pasan miles de personas al cabo del año y se hacen miles de fotografías justo en este lugar. Mucha gente se preguntará qué hace un banco con tantas chapitas de acero inoxidable con dedicatorias incluidas en un sitio como éste, la respuesta es que un hombre viudo, a través de este banco ha querido rendir un sencillo homenaje a su esposa porque en su época de felicidad cuando estaban juntos, solían pasear de vez en cuando por aquí y ha ido ampliando el homenaje a varias amistades que han ido falleciendo. Es evidente que cuando el amor se clava en nuestros corazones, ese amor permanece vivo toda la vida