Este minibarrio conserva su reputación de zona
independiente gracias a sus casi 300 años de historia
como hogar de la comunidad judía romana. Aunque los
tiempos cambiasen en el siglo XX, la diminuta área
sigue manteniendo su mezcla de tradición, comunidad e
historia. Viviendas, panaderías, tiendas y
restaurantes están enmarcadas por diseños
arquitectónicos antiguos y medievales. Los lazos
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familiares y de amistad son el pulso del barrio, como
se demuestra en la Via del Portico d'Ottavia. En la
zona se observa el tradicional sabbat judío: los
negocios cierran desde el viernes a la caída de la
tarde hasta el sábado a la misma hora.
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