Solo he visitado dos ciudades del Valle de Noto. Noto y Ragusa. Ragusa me gustó mucho, Noto me pareció espectacular. La monumentalidad de su calle principal es digna de ver, pero las calles aledañas no desmerecen a su lado. Todo estaba muy limpio y cuidado, invitando a un agradable paseo por la zona. Creo que en esos días andaban pintando los interiores de las iglesias, porque las que visité resplandecían con un blanco cegador que contrastaba con los vivos colores de los frescos. Toda una delicia para la vista, en mi opinión. Había oído hablar mucho de esta ciudad y no me defraudó en absoluto. La tres iglesias que visité, el Duomo y otras dos, eran de entrada gratuita.

Pasear por noto tranquilamente, entrar y salir de su catedral, sus palacios y sus iglesias es una experiencia insustituible. Tomarse un helado en Corrado Costanzo es la guinda del pastel