Me cuesta mucho hacer una crítica negativa de Portugal, en el fondo siento que hablo mal de mi mismo, o de un hermano, no somos perfectos pero el amor hace que nos volvamos un poco ciegos, y esto me pasa con este museo arqueológico, tiene piezas muy buenas en su interior pero da la sensación que el edificio no está a la altura, que las piezas están como actores secundarios, que falta acompañarlas de un poco de cariño y un poco más de información personalizada que las identifique e individualize. Los trabajadores un diez en amabilidad y corrección, si vas a Braga tienes que visitarlo a poco que gustes de la historia pero el museo y es sólo mi opinión personal parece que pide una pequeña actualización.En estas cosas si que se nota que la crisis sacudió fuerte a Portugal.

Pequeño museo arqueológico con un personal encantador pendiente de informar siempre al visitante. El museo dispone de restos que datan desde el paleolítico hasta el periodo romano. En la explanada interior, bajando unas escaleras se accede a las ruinas de una domus romana, Dispone de aparcamiento, restaurante con menú buffet por 15 euros persona y una tienda de recuerdos bastante completa. Visita recomendable.