¿Alguna vez te has preguntado cómo ve el mundo una gaviota? Imagínate la sensación de volar como lo hace un pájaro y disfrutar de cada una de las sensaciones del vuelo, como si realmente tuvieras alas, sin que ninguna cabina se interponga entre tí y el cielo abierto. Poder observar tranquilamente el paisaje que te rodea, sin sobresaltos, recreándote en las imágenes, poder sobrevolar el mar, ¡ver delfines en libertad tan de cerca que casi puedes tocarlos! ¡ballenas!. Y luego ir hacia el interior, la costa, las cumbres de Gran Canaria, los rincones a los que no se puede llegar desde tierra. Sentir el aire libre, el viento en la cara, la libertad...
Y luego, ¿por qué no? un poco de emoción, ascensos, descensos, giros de vértigo, ¡pura adrenalina sin riesgos! para todas las edades y sin ningún requisito físico.