Es una experiencia visual muy interesante, más allá de que le guste o no le guste al visitante, al observador. Es un despliegue bastante amplia de la obra de Dalí. El museo puede, en algún momento, ser algo agobiante para el visitante: en salas y en hornacinas hay un gran número de obras, sobre todo en soporte cartón o lienzo. Si se toma con tiempo y, previamente se tenga conocimientos básicos de la obra de Dalí, puede ser una rica experiencia visual, imaginativa y referencial. En suma: es aconsejable una visita con un poco de tiempo.