Fuimos por las recomendaciones de un familiar y fue un acierto.
Alejado del Centro bullicioso, se nota un ambiente más relajado según te vas acercando.
Instalado en una casa palacio, casi tan interesante como el contenido mismo del museo.
Las visitas son guiadas y tuve la suerte de que me atendiera ¿Meiva? (perdona por no poner bien tu nombre y pasamos mas de una hora los dos solos hablando de vidrio, cristal, historia, actualidad… es una persona que se apasiona con su trabajo y se nota, he disfrutado muchísimo.
Posee objetos preciosos, insólitos, de muchísimos lugares y épocas, pudiendo haberte una idea dela historia del vidrio, con interesantes muestras también bastante modernas.