Excursión muy intensa con unos destinos preciosos y que no conocía.
Cadavedo, Luarca y Cudillero me parecieron increíblemente bellos. En Cudillero paramos a comer.
La visita a Avilés, para mí, queda como fuera de lugar al ser después del almuerzo y a mí particularmente me pillo bastante cansado, además de que me pareció el destino menos interesante.
Marta, la guía, muy preparada, como bien se pudo ver en sus explicaciones, además de tener la ruta muy bien planificada, y el conductor, Chus, muy majo.
El autobús no tiene pérdida porque tiene ilustrado el nombre de la compañía en los laterales.