Preciosos jardines urbanos con diferentes espacios para disfrutar. Se encuentran situados en el espacio comprendido entre la ronda de Dalt y la Avenida Virgen de Montserrat. Con más de 36.000 m2 es un auténtico pulmón de aire y verdor para la ciudad. La finca fue propiedad del Dr. Pla i Armengol, especialista en enfermedades infecciosas como la tuberculosis. Ideó un tratamiento anti tuberculoso a partir de la sangre de caballos y edificó su casa, jardines y laboratorios en la finca, diseñados por el arquitecto Adolf Florensa y terminados en 1930. Tras el fallecimiento de la hija del Sr. Pla, la finca pasó a ser gestionada por el Ayuntamiento que procedió a una rehabilitación extensa del jardín que se inauguró en 2019.
Los edificios (ya rehabilitados) se dedican en la actualidad a Museo, en el que se expone una amplísima colección de muebles y objetos de artes decorativas, con más de 800 piezas de los siglos XIV al XIX. (Hay que adquirir entrada).
Es un hermoso jardín, salpicado de esculturas, lavaderos reconvertidos en estanques, pérgolas y piezas de mobiliario urbano. Se incluye una zona para niños, un anfiteatro para conciertos y obras estivales, balsas de agua, huertos urbanos gestionados por los vecinos del barrio y espacios dedicados al estudio y promoción de la biodiversidad. Encontraremos árboles como el olivo, algarrobo, pino canario, eucalipto, falso pimentero; también muchas plantas aromáticas como la manzanilla, salvia, lavanda, etc., muchas plantas del sotobosque mediterráneo. También es posible divisar muchas especies de pájaros: palomas torcaces, mirlos, petirrojos, carboneros, así como insectos y alguna ranita en los estanques.
Se puede realizar un maravilloso y relajante paseo admirando las hermosas estatuas clasicistas de Venus, angelotes, ninfa, un caballo y faunos. También hay varios jarrones de terracota con relieves.
Desde la zona del mirador se goza de una amplia vista de la ciudad, con la sensación de que puedes tocar edificios emblemáticos como la Sagrada Familia y el Hospital de la Santa Creu i Sant Pau. Puede llegarse fácilmente gracias al metro (línea amarilla) o varias líneas de autobús y merece dedicarle un agradable tiempo paseando por sus senderos.