La experiencia en el Tour es inexplicable. Kike estuvo al pendiente de cada detalle desde días antes al tour, la comunicación fue excepcional.
Una vez comenzamos el camino hacia las bodegas fuimos hablando de todo un poco y nos mostró viñedos, así como también su historia. Una vez en la Bodega Centenaria Jesús Diaz e Hijos tuvimos la experiencia de degustar el vino directo del barril, Antonio nos explico cada detalle y nos llevo a un recorrido mágico por las cuevas donde reposan los vinos. Al culminar degustamos varios y claro, compre mis favoritos. También visitamos la Bodega Licinia y Alba nos dio un recorrido maravilloso por la Bodega, nos explico con mucha dulzura todo el proceso y pudimos ver sis magnificas instalaciones, pero, sobretodo enriquecernos con la historia de sus vinos. La visita termino degustando varios de sus vinos y obvio, yo comprando también.
Si tienen la oportunidad de visitar Madrid y vivir esta experiencia, deven hacerlo, no se van a arrepentir.
