He vuelto a visitar este museo hace poco para ver la Exposición de Videojuegos Game On, y quedé bastante contenta. La atención por parte del personal del museo fue correcta, y el lugar es amplio, el guardarropa está incluido en el precio de la entrada, que tampoco es muy cara para lo que suelen costar otras exposiciones o museos (9 euros, entrada general).
En cuanto a la exposición, esperaba menos la verdad, es bastante larga y tiene muchos títulos jugables, de todas las épocas y estilos. Hay aforo limitado y solo se puede estar unas dos horas, ya que la gracia de la exposición es que es "interactiva", es decir, lo bueno no es solo conocer más sobre la historia de los videojuegos (que ya de por sí es interesante), sino poder probar consolas y juegos que normalmente no es fácil tener al alcance. Probé por primera vez la realidad virtual y algunas consolas y videojuegos retro y fue muy divertido.
Lo malo es que con tantos juegos disponibles, de vez en cuando hay alguna pantalla o periférico que no acaba de funcionar bien, con lo cual había algún videojuego que no estaba disponible en ese momento.