Dedicada a la unificación de Italia, se encuentra junto al muro del Vaticano, a cinco minutos a pie de la plaza de San Pedro, y no tiene nada de particular; es muy amplia y concentra un nudo de comunicaciones, con varias paradas de autobús, tranvía y taxi y siempre con mucho tráfico, ruido, bullicio y suciedad. Rodeada por tiendas, restaurantes y bares, quizás sus únicos atractivos son la cercanía al Vaticano y los precios de los alojamientos de los alrededores, bastante más baratos que en el centro de Roma. En uno de sus extremos se ubica el curioso monumento ecuestre al carabinero, inaugurado en 2003.