Lugar espectacular. Cogimos las entradas a primera hora, las 8h de la mañana. Había una cola tremenda para entrar. Suerte que son muy puntuales para los horarios y en seguida q abrieron fuimos avanzando rápido.
Muchísima gente. Ojo porque hay gente que se cuela en la cola, le echan mucha cara.
Una vez dentro, las ruinas preciosas, todo muy espacioso. Cuidado con los resbalones. Está la piedra del suelo tan pulida, de tanta gente como pasa a lo largo del día, que es difícil no resbalar.
La pena, en mi opinión, es que hay mucha réplica, no son piezas originales, en su mayoría.
Hay que completar la visita a Atenas con el museo de la Acrópolis dónde sí están las piezas originales.