No es únicamente un parque con esculturas, es toda una maravillosa experiencia para los sentidos. Es un parque muy accesible, recomendable para visitar en la mañana y contemplar las visitas de grupos de alumnos desde guardería hasta bachillerato. Se llega muy fácilmente mediante tram y bus. Recomiendo la vuelta caminando hasta el Palacio Real, recorriendo un barrio donde se puede reconocer otro estilo diferente de las edificaciones del entorno de la Ópera y Ackerbryge, así como del primer ensanche. No se lo puede perder