Lo visité durante mi estancia en Singapur, por la mañana, a mediodía (demasiado calor), por la tarde, al atardecer y de noche. Y, aunque en cualquier momento del día es espectacular, por la noche lo es todavía más.
A última hora de la tarde y por la noche está a tope de gente.
Cuidado con los mosquitos nocturnos, no se ven ni se sienten hasta el día siguiente (soy alérgica y tuve que tomar antiestamínicos de lo que me picaron).
Se pueden pasar horas buscando la mejor foto, disfrutando del paseo o sentándose para ver la vida pasar.