El Taj Mahal, simple y llanamente, no decepciona. Por mucho que te cuenten y te suban las expectativas, cuando estás ante él, sigue impresionando. Y ya he ido varias veces. Imperdible. De esas cosas que hay que ver una vez en la vida, sí o sí.
Un consejo: vete por la tarde. Todo el mundo aconseja ir por la mañana, que es cuando van los turistas extranjeros, todo el mundo está allí ofreciéndote de todo y, además, así los guías luego tienen todo el día para llevarte a las tiendas.
Si vas por la tarde, el turismo será nacional, todo estará mucho más tranquilo, cada minuto que pases allí será un poco más fresco que el anterior y te ahorrarás las visitas a tiendas de souvenirs. Y, con suerte, verás el ocaso sobre el Taj.