Estando de viaje por ruta en Japón me hablaron de este sitio. Al ser gran admirador de esta cultura mistica decidi acercarme a ver, ya que temia que fuera como la casa ninja de Iga y fuera más para niños. Nada de eso, el taller de dos horas fué espectacular, aprendi un monton de trucos, practicamos lanzando estrellas, dardos, usando espadas, la hoz y la cadena (kusari-kama), andar en sigilo, total, una experiencia completa.
Cuando finalizamos,la maestra nos dejó hacernos fotos con todas las armas que quisimos y vestidos como ninja.
Este fué uno de los motivos por los quqe queria visitar este maravilloso país. No me defraudó en absoluto.Los maestros unos grandes profesionales, pacientes y con una gran sonrisa
Parada obligada para todos los fans de los ninjas como yo!