El templo en si es una maravilla, bonito, fotogénico y emocionante. Como mejora, deberían explicar bien en carteles las normas, para los que las respetamos, pero no las conocemos. No puedes llevar las piernas y la cabeza descubiertas. Me parece bien, no hay problema, pero como mejora propondría que lo indiquen bien a la entrada. Hay un centro para extranjeros, donde te pueden informar y facilitar prendas. Pero el señor que está allí te pide una propina. no me parece bien. Entiendo dar una donación voluntaria al centro para su mantenimiento, y más cuando amablemente te invitan a comer si lo deseas, pero no una propina al señor que insiste que se la des a él y no a la caja de donación. Por lo demás, muy recomendable la visita para intentar entender su cultura y religión