Por lo que se cobra, no merece la pena. Es más caro que el Parc Guell de Barcelona y está muchísimo peor. ¡Vamos, ni comparación! Y por si fuera poco lo que te cobran, a la entrada te ofrecen un vasito con maíz y semillas para alimentar a los animales que allí hay (enjaulados, excepto los pavos reales) al “módico” precio de 2 €, y así les sale gratis el mantenimiento de los animales. ¡Caramba, ya podríais dar el vasito de maíz con la entrada, que se paga bien!
El parque está poco cuidado, seco, igual que si vas por el campo, sin apenas mantenimiento, con aguas estancadas llenas de suciedad. Y lo que pudiera resultar más atractivo, que son las cuevas artificiales, son todas iguales, y al final te cansas de ver lo mismo en distintos sitios del parque. Fuimos a visitar el parque a finales de Junio y estábamos prácticamente solos, lo que al principio nos sorprendíó, pero visto lo visto, ahora lo entiendo. ¡Una decepción!