Me gustó mucho. El edificio era el de unos grandes almacenes de lujo, reconvertido en este museo, que recopila obras de arte de distintas épocas de la zona del Tibet (India, Nepal, Buthan...) y está todo muy bien ordenado y de una forma muy didáctica. Tiene también una planta en la que puedes relajarte, meditar, respirar, pensar... Me pareció genial. Y las obras expuestas son de una gran belleza.
Organizan actividades, incluso en su cafetería, que tiene sesiones con DJ. Me encantó el concepto del museo. Una muy agradable sorpresa.
Tienen "pay what you wish" los viernes de 6 de la tarde a 10 de la noche y hay que comprar las entradas por anticipado en la web.