Es un lugar agradable, bastante bien gestionado y con personalidad. Los propietarios son encantadores, tienen una carta muy aceptable para el tipo de comida que ofrecen (hamburguesas, sandwiches, etc...), aunque ha ido perdiendo brillo a medida que se ha ido llenando de gente.
Desde luego, de los 4 que están en el mismo lugar es el que más lleno suele estar y eso será por algo.
Ahora bien, lo que más vale es precisamente el lugar, junto a una campa en la que las niñas y los niños pueden jugar y acariciar a perros que pasean casilibremente por el sitio. Puestas de sol preciosas, vistas al mar y una terraza de buen tamaño.
Y esto es lo que creo que pueden mejorar. Porque conjugar muchas personas con un espacio abierto tan bonito (y que es el verdadero activo del sitio) se traduce en que si no cuidas la terraza y el entorno acabas lleno de colillas, papeles, las mesas desordenadas y sucias, llenos de vasos y perros alrededor que hacen sus necesidades (que habría que limpiar), etc...
En fin, que como no empiece a distinguirse por el cuidado de la terraza y el entorno, pueden estar matando a la gallina de lso huevos de oro.