Residencia para más de 1,3 millones de personas, Praga es la ciudad más grande y la capital de la República Checa . La ciudad acoge casi 4 millones de visitantes al año y su casco histórico es uno de los lugares declarados Patrimonio Mundial por la UNESCO.
Una gran parte de los 4 millones de personas que la visitan eligen el Aeropuerto de Praga Ruzyně (código del aeropuerto PRG) como destino y vuelan con las aerolíneas CSA Czech Airlines, Smart Wings, o Lufthansa. En total, Prague Ruzyně puede albergar hasta casi 12 millones de pasajeros cada año.
Praga es una ciudad bastante cómoda para visitar. La red de tranvías, que cuenta en su haber con más de 350 millones de viajes, se extiende a lo largo de 150 kilómetros.
Uno de los destinos estrella es el Castillo de Praga, que según el Libro Guinness de los Records Mundiales, es la fortificación antigua de mayor envergadura del mundo. Durante muchos años el castillo ha sido sede de las oficinas de los Reyes de Bohemia, los Sacros Emperadores Romanos y los presidentes de Checoslovaquia y la República Checa, además aquí se depositan las joyas de la corona de Bohemia.
Otros muchos turistas visitan el Barrio Judío de la ciudad, situado entre la Plaza Mayor y el río Vltava . En este barrio se concentran un gran número de lugares históricos cuya antigüedad se remonta al siglo XIII.
Dado que los checos beben más cerveza per cápita que ninguna otra persona en el mundo, en tu visita a Praga no puedes dejar de probar la cerveza autóctona Pilsner (de color pálido) en cualquiera de los numerosos bares. Uno de los rincones favoritos de los turistas extranjeros es el Chapeau Rouge Bar & Club que pone música todo el día y tiene una selección de cervezas amplia y el especial de la casa, absenta y Red Bull.
Durante tu visita a Praga, prueba el menú local que se compone de Goulash (algo parecido a un guiso de ternera) y bolas de masa de pan que se suelen servir en salsa.