Estos días de vacaciones (1 semana) se han hecho cortos. Después de estar confinados durante tanto tiempo, hemos dado con un lugar que ha hecho como estar en otro mundo, y olvidarnos de esta mala pesadilla, que ha sido el virus. La Casa Rural Cruz, ha sido nuestro pequeño paraíso estos dias, el tener toda la casa a nuestra disposición, la seguridad de la piscina (para los más peques), el césped tan bien cuidado, la tranquilidad del sitio donde está ubicada, el magnífico paseo por la orilla del rio, la huella de los dinosaurios, la gran cocina tipo sociedad, y ha hecho que haya sido todo increíble. Pero no habría sido posible sin la compañía de nuestros amigos que nos acompañaron en este viaje. Muchas gracias a Pedro, el dueño de la casa por hacernos sentir tan bien. Repetiremos.…
Hemos estado dos matrimonios con niños, una semana. Una fantástica casa con su piscina y su gran jardín y sus rincones acogedores. Todo impecable, si hay algo que destacar es su anfitrión Pedro, amable cariñoso, atento, buen conversador, Un auténtico crack!!!! Nos ha dejado disfrutar de su cocina y también nos ha agasajado con sus platos. Muy recomendable, seguro que repetiremos.
Hemos estado cinco dias alojados con un bebe de tres meses y un niño de 5 años y ha sido fabuloso. Pedro y Cristina nos han cuidado como si fueramos de casa, muy atentos y familiares. Hemos disfrutado muchisimo de las cenas, productos de primera calidad y los platos muy bien elaborados. Pedro es un crack en la cocina. Disfruta con lo que hace y a su vez nos hace disfrutar. Entorno ideal para ciclismo de montaña. Un placer darse un baño y descansar en el jardin tras dar una vuelta por esos entornos tan especiales. Volveremos a repetir seguro.
Hemos estado un fin de semana, en compañía de unos amigos. La mejor nota que podemos dar es decir que, a todos, el fin de semana se nos ha hecho corto. El jardín, bien cuidado, con varios rincones muy acogedores; la piscina, que suelen tener cubierta para mantener una temperatura del agua aceptable (al menos para mí, no hay que andar pensando lo fría que estará el agua). Las habitaciones confortables y limpias; mención especial a la suite, aconsejo elegirla. Pero, en mi opinión, esta casa tiene un valor añadido muy importante, Cristina y Pedro. La primera, una persona encantadora que está siempre atenta a que te encuentres como en casa y de que no te falte nada. Pedro, además de ser un perfecto conocedor del territorio, buen conversador y polifacético anfitrión, sorprende cada noche con unas cenas dignas de restaurantes de prestigio; producto de calidad elaborado profesionalmente. El bacalao que cenamos la primera noche era digno de concurso y el arroz de txangurro, un verdadero desafío a los arroces del mediterráneo. ¡Ah!, se me olvidaba, un vino de la propiedad, riquísimo y la mermelada de tempranillo que, probablemente, sea lo más parecido al néctar de los dioses que he probado. No bajéis el listón. Volveremos.…
Hemos estado tres parejas este último fin de semana, y lo más destacado sin duda ha sido la atención de Pedro y Cristina, acompañando nuestra estancia con unas excelentes cenas. Por si fuera poco, gracias a los buenos oficios de Pedro nos ha gestionado una visita al yacimiento celtíbero de Contrebia Leucade, totalmente desconocido para nosotros y que nos ha impresionado, acompañados de un excelente guía. En resumen, u fin de semana redondo y con ganas de repetir.
¿Es propietario o gestiona este establecimiento? Reclame su perfil de forma gratuita para responder a las opiniones, actualizar su perfil y mucho más.
Hacerse con el control de su perfil