La estancia a sido desastrosa, el trato de parte del personal muy borde. Las habitaciones precarias, no teniendo nada que ver con las que presenta el hotel en la página web. Necesita reparaciónes urgentes.
Pedimos la habitación más grande para cuatro (tenemos dos niños) y, aunque se ve que en tiempos debió ser espectacular, cuando escribo esto se ve que necesita urgentemente una reforma. Las tablillas del parqué levantadas, con peligro para ir descalzo, los rodapiés de madera severamente dañados, el wc con problemas de cadena, sin escobilla, y una calefacción que hay que avisar para que la enciendan. Las camas son otro tanto. Los colchones han visto ya demasiado uso y están curvados, les vendría bien comprar unos más grandes. Las colchas siguen teniendo quemazos de cigarrillo. Como puntos a favor, el personal, que estaba muy atento. Nos brindaron un calefactor eléctrico para que los peques no pasaran frío, y la verdad es que lo usamos extensivamente.
Las habitaciones limpias y con calor, lo único que echo en falta es una actualización. Para cenar y desayunar muy bien allí mismo. El dueño muy atento. Cuando vuelva a Sanguesa repito en el Yamaguchi. Gracias
Un restaurante de comida muy cuidada y con ingredientes de excelente calidad. El trato del personal es perfecto y el lugar es muy recomendable para visitar estupendas zonas de Navarra. Relación calidad-precio perfecta.
Es un hotel familiar donde te sientes un poco vigilado. Las habitaciones son amplias y se puede comer/cenar un menú en restaurante o algo más sencillo en la cafetería. Se aparca bien y se puede ir andando hasta Sangüesa. Las habitaciones son amplias y todo está en orden. El único problema es que te toque un vecino ruidoso pues las paredes parecen de papel.
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