El ugar esta lleno de encanto, con rincones muy agradables y un ambiente bucólico. Los jardines bien cuidados llaman a su disfrute. Lugar de paz y sosiego. La recepción, por parte de la familia propietaria, es amable pero distante y a veces se siente algo "controladora". Las habitaciones cómodas, dentro de un lujo rustico y lleno de encanto "demodé". La carencias se notan en los servicios, no hay posibilidad de ser servidos en una de las muchas terraza, ni de cenar en el pazo. El desayuno, en una de las mejores cocinas rusticas que he visto, es voluntarioso, bien atendido, pero con ausencias graves... no es posible solicitar, ni un solo huevo frito tortilla, y no va mas allá de bollería y algo de embutido. En definitiva, bonito, acogedor, intimo, romántico, etc..., pero no esta a la altura en servicios.…
Es un sitio increible ...cada rincón tiene su encanto...todo perfectamente cuidado..la casa por dentro preciosa .. habitaciones cómodas ,limpias ...de cuento!!atención buena.y tienen un perro adorable.volveremos.cerca hay un restaurante que se come mb.
Este fin de semana estuvimos en el Pazo en una boda familiar. El entorno va de la mano con el verde de Galicia, es maravilloso....la pena es que ponen muchas limitaciones a la hora de disfrutarlo, sobre todo con los más pequeños. No pueden correr, no pueden pasear libremente por el recinto y tampoco pueden jugar con pelotas. Tener a los niños en un camino de tierra mientras los adultos disfrutaban de los aperitivos no me parece justo. Abundaba el NO, y fallaban las buenas formas. Pero lo peor fue el servicio del catering, no tiene el nivel del lugar. Comida más de un catering de tercera que de un pazo. Tiempos de espera interminables, comidas servidas a destiempo en una misma mesa, comida fría, a los primeros le faltaban ingredientes en la presentación y falta de un servicio profesional. Una mala comida en Galicia es imperdonable. Además, el catering tampoco quería a los niños. Les sirvió de últimos, después de los más de 100 invitados.…
He estado en una boda , de un familiar , si bien el pazo es bonito , no al detalle porque hay rincones que podían estar mucho mejor , pero lo que de verdad me ha llamado la atención es la poca profesionalidad y malas formas de la gente que lo lleva .por otra parte el catering con el que tienen concierto, deja mucho que desear , por calidad y por trato que tampoco es profesional . Una pena que sitios así de maravillosos estén tan mal representados.
Tanto el interior como el exterior del pazo son muy bonitos. El pazo es muy acogedor, tiene mucho encanto y está muy bien decorado y cuidado. A destacar también la amabilidad y disponibilidad de los dueños. Repetiría sin dudar
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