Hermoso lugar, con mucha historia, cerca de pueblos impecables, tranquilos, pulcros, bien mantenidos y cerca de Viñas como Polkura que debería ser visitada por ser un ejemplo de sustentabilidad. La hacienda es tranquila, ideal para olvidarse del mundo, la tv y el ruido. Personal muy amable, cena y desayuno muy caseros, aseo y servicios impecables, te hacen sentir como en casa. Recomendable.
Me alojé en familia por dos noches de verano. El hotel es muy bonito, la habitación muy grande, cómoda y fresca. Excelente para el descanso, sin ruido ni luz. El ambiente me pareció demasiado tranquilo, como si le faltara vida. Había pocos huéspedes y ningún tipo de actividad. La atención es muy amable, pero pasiva. El restaurante no nos gustó. El menú de la cena pobre y caro. El desayuno, regular. Poca cantidad y poca variedad. Destaco la atención del personal. Sector de piscina algo descuidado.
Un gran destino. Todo perfecto. La atención; las comodidades; la comida. Pero lo mejor es la edificación. Cada rincón con historia. Es para tomar decenas de fotos a la casona. Quiero volver a visitarlo.
Este hotel está en un lugar mágico, la tranquilidad que se siente te envuelve el Alma, caminar por sus pasillos es volver a 100 años atrás, el paseo por el bosque. La decoración de las habitaciones es delicada y con mucho gusto sin perder la esencia de la hacienda original. Es mi cuarta vez y siempre me voy encantada por la atención de Liliana y sus colaboradores.
La comida fue muy agradable y sabrosa pero lenta la atención. El restaurante en el patio bajo un limonero y una vid, fue un día muy caluroso lo cual, no fue agradable. Debió ha ver sido en salas interiores que son más frescas.
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