Perfecta en todo. Ubicación,limpieza, tranquilidad, trato... Me hospede en habitación con vistas a la plaza. Muy cuidados todos los detalles en un hotel y entorno que no parece La Mancha. Solo eche en falta una pequeña nevera en el dormitorio.
Simplemente espectacular, desde la llegada, hasta el momento de la despedida. Recibimiento increíble, la habitación es preciosa, increíblemente limpia y tranquila, el cuarto de baño grande y limpísimo. Cama súper confortable, y habitación silenciosa. Ahora el restaurante, QUE MARAVILLA, desde la calidad del producto, y el esmero con el que está tratado, pedimos ensalada noruega, rabo de toro, pluma ibérica, un buen vino de la zona y disfrutamos tanto con los sabores. Me gustaría destacar el trato de todo el personal, sobretodo de David y Paco, que fueron maravillosos con nosotros, nos hicieron sentir cómo en familia. Hay que agradecer y valorar el buen quehacer de todo el personal, desde la cocina, el bar, camareras de piso, camareros. También me gustaría destacar las medidas del Covid-19, que todo estaba perfecto, la limpieza, las distancias, etc... Y sólo unas últimas palabras, después nos enteramos que es un negocio familiar, creo que es muy importante en estos momentos ayudar al pequeño empresario, hay que fomentar el turismo nacional, y descubrir estas joyas, arquitectónicas, gastronómicas y sobretodo el trato humano fabuloso. Muchas gracias por habernos hecho sentir parte de vuestra familia. Volveremos pronto, un abrazo enorme Kristina y José Ramón …
Hotel muy agradable y relajante. Está todo muy límpio y cuidado. Las habitaciones son grandes y cómodas, con camas muy cómodas y baño grande y luminoso (con una bañera enorme)El entorno, en la plaza mayor del pueblo, insuperable.
De vuelta a casa nos recomendaron parar en este pueblo a visitar su magnífica plaza y allí decidimos sentarnos a tomar algo y descansar un poco. Nos atendieron rápido y muy bien. Nos pusieron unas tapas muy ricas con la cerveza y aunque no estuvimos mucho pudimos apreciar el potencial de este restaurante.
La plaza mayor de San Carlos del Valle merece una visita con su impresionante iglesia en un lado y la Hospedería es un buen lugar para comer o cenar. Lo que más nos gustó fue el bacalao con costra de Ali Oli y las croquetas que estaban muy cremosas. En los postres nos sorprendió muy gratamente el Guggenheim. El precio ajustado a la calidad que ofrecen. Servicio atento y rápido que nos aconsejo muy bien
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