Estuvimos sólo una noche, pero me encantó. Es una casa rural con mucho encanto, todo cuidado al detalle, muy limpio. Las habitaciones son amplias. Cenamos en el restaurante y me encanto el cordero a la brasa, el solomillo que se comió mi marido también estaba muy rico. El desayuno correcto. El trato por parte de Inés genial, atenta hasta que llegamos, no hay recepción las 24h pero no tuvimos ningún problema, cuando llegamos allí nos estaban esperando. También hicimos la visita de la bodega con una pequeña degustación, muy buenas las explicaciones de Pablo. La casa está situada en un pequeño pueblo por lo que la tranquilidad está garantizada. Lo recomiendo sin dudar y si tengo posibilidad volveré.
Muy buena opción para alojarse en la zona por su ubicación. Un alojamiento rural muy cómodo, con una atención excelente, habitaciones y estancias amplias, acogedoras con una relación calidad precio estupenda.
Estuvimos pasando una noche y lo elegimos entre otras casas de la zona por las opiniones, la casa es cuca y la tienen limpia y cuidada pero mediocre en algunos aspectos, como el desayuno por ejemplo, bastante "justo". Productos del macro y 4 rebanadas de pan (que por la zona hasta esperabamos que fuese mas pan de pueblo y no), cafe y zumo de naranja envasado. Hemos estado en casas rurales donde minimo te ponian una mermelada casera. Probamos la tarta de queso y de las peores que hemos probado en mucho tiempo, desde luego casera no parecia. No nos parecio que las opiniones estuviesen a la altura de la realidad, de ahi que escriba esta opinion para equilibrar opiniones porque desde luego nos esperabamos mucho más y nos llevamos un pequeño chasco.
La casa es muy bonita está muy bien cuidada y decorada con mucho gusto. Las habitaciones están correctas, cenamos dos noches en el hotel y también quedamos bastante satisfechos de lo que nos ofrecieron. Por poner alguna sugerencia en el desayuno continental lo encontré muy justo. Tanto Inés como Pablo como todo el personal que nos atendió fueron encantadores y en todo momento estuvieron dispuestos para ayudarnos y hacernos la estancia agradable y muy familiar.
Hemos estado en la gloria. Acogedor, limpio, muy bien servido. Ideal para pasear por el campo. La comida castellana, adaptada a los gustos del viajero y hecha “por una madre”. Volveremos, sin duda, cuando podamos.
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