Los habitantes de Glasgow se mofan de los edimburgueses argumentando que su calle principal en realidad está a medias porque solo tiene edificios por uno de sus flancos. Lo que no mencionan en sus bromas son las extraordinarias vistas de las que se puede disfrutar en Princes Street gracias a esa peculiaridad arquitectónica. Esta calle tiene vistas a los amplios y decorativos jardines públicos que se encuentran tras el escarpado precipicio de basalto en el que destaca con orgullo el castillo de Edimburgo sobre la espectacular línea de edificios del casco antiguo. Aun así, muchos visitantes se decantan por mirar para el otro lado, el de las tiendas, pendientes de comprar en las diversas cadenas o de subir a tiempo al tranvía o tren en la estación principal de Waverley. Pero no todo son utilidades: la Galería Nacional de Escocia recompensa a quienes pasean sin rumbo y el enorme mercado de invierno que se celebra en los jardines en diciembre da el pistoletazo de salida a una temporada de fiestas que terminan con el denominado Hogmanay, la mayor fiesta de Gran Bretaña que se celebra en la calle en Año Nuevo.