Fuera que nos atendieron mal puedo decir que llore la mitad del almuerzo, ese fue mi parvulario ahi conoci a la mitad de la gente que hoy es mi familia la Hermana Rosa Bordoy juanto a Pepa y Coral nos hacian sentir unicos en ese lugar, hoy ni siquiera hay una placa o una explicacion de lo que era ese lugar ese jardin que tenia hortigas y que de vez en cuando se escuchaba rugir un leon o tigre del vecino.. mucha falta de respeto al pasado de ese lugar.. la modernidad es buena pero perder la memoria no
Pequeño gran hotel boutique en el corazón de Palma de Mallorca, muy cerquita de la lonja para poder visitar toda la ciudad andando. Habitación muy bonita con muy buena y gran desayuno. Pero sin duda lo mejor del hotel es su personal, cálido y siempre de gran ayuda. Me gustaría destacar especialmente a Andrea, nos ayudó mucho con sus recomendaciones además de que siempre nos recibía con una sonrisa, haciéndonos sentir en casa. Sin duda volveremos.
Ayer disfruté de un magnífico frappé helado en uno de los jardines más bonitos de la ciudad. La experiencia fue muy buena desde el comienzo, una atención impecable por parte de las recepcionistas que me hicieron sentir como en casa, los chicos del restaurante fueron muy atentos conmigo, en especial Borja. Tuve la suerte de visitar las instalaciones y quede alucinada con lo precioso que estaba todo, no faltaba ni un detalle. El hotel boutique Can Bordoy es maravilloso en su totalidad, pero destacaría todo el personal. 100% recomendable.
Es mi primera visita y espero primera de muchas. Fantástica Suite con todo lujo de detalles, desde la selección de música de sus canales, una cama espectacular y una bañera en suite perfecta para terminar un día de paseos por el casco histórico de Palma. A dos pasos de la catedral y las mejores zonas comerciales, este hotel es perfecto para perderse por Palma y terminar con una cena de lo más interesante en el Resturante del hotel (Botanic), que acaba de estrenar carta, que en realidad es un concepto de cocina en sí mismo. Deseando repetir !!!
Estilo típico Mallorquín con detalles de arte y lujo. La excelente atención de Alex y Yoel. El lunch saludable en el Botanic, los jardines, su piscina climatizada, el spa, la habitación sky con terraza. Pudimos hacer yoga en nuestra terraza propia. Fue maravilloso. Volveremos pronto.
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