Bonito edificio, el palacio de los Marqueses de Ferrandel. Y ahí se acaba la historia, en la recepción. A las habitaciones "nuevas" se accede por un laberinto de pasillos, para el cual no hay ascensor, ni botones que te ayude con el equipaje. El mobiliario de las habitaciones no es antiguo, es simplemente viejo. E incómodo. El agua se sale de las duchas por el suelo del baño y hay que cubrirlo con toallas para evitar un accidente, aparte de incómodo. Las paredes son de papel y se oye la conversación de los vecinos. Para colmo, acabamos con los tobillos acribillados, quiero pensar que por mosquitos. El desayuno, la recepción y la ubicación, eso sí, inmejorable. Eso sí, no lo vale, ni en Palma.
La habitación muy bien, la ubicación espectacular, en pleno centro, el personal genial, amable y sumamente colaborador. El desayuno, lejos de lo esperado, absolutamente completo. Ha superado mis espectativas. Fuimos de viaje para compras, iba con mi madre que es mayor, no hay ascensor, pero estabamos en la primera planta, no fue un problema, si hubiera sido en una planta más alta, tal vez ella no podría subir.
Ubicación perfecta para visitar la ciudad. El hotel es un edificio historico, un antiguo palacio. La limpieza estaba perfecta, el desayuno completo, y el personal muy amable. Les pedimos consejo para cenar y nos indicaron sitios perfectos.
Elegimos este alojamiento por su ubicación. Pero no sólo fue eso lo que más nos gustó, el hotel está en un edificio histórico, un palacio, han conservado muchos detalles que lo hacen especial. Habitaciones muy amplias y cómodas, baños reformados, personal encantador y desayuno con productos de proximidad.
Inmejorable ubicación para visitar la ciudad a pie, callejeando sin rumbo. Excelente limpieza e inmejorable servicio de habitaciones. Además, cuenta con un pintoresco patio donde desayunar con buen tiempo y, así, desocupar el comedor interior para que un servidor pueda desayunar con cava y con el mejor producto gastronómico propio de las islas mientras gente tan amable como Víctor, Juan, Antonio y el resto de personal se preocupan por que todo esté a tu gusto no tiene precio... Y como no tiene precio, digo, se merecen lo más pronto posible una buena subida de sueldo. Animo a la Dirección a ello desde estas páginas...
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