¿Buscas donde alojarte en Santa Cruz de Tenerife? Entonces no te pierdas Casa del Cura Viejo, un hotel romántico que te acerca a lo mejor de Santa Cruz de Tenerife.
El hotel ofrece espacio para guardar el equipaje, para que tu estancia sea incluso más agradable. El establecimiento también cuenta con piscina y instalaciones para hacer barbacoas. Los huéspedes que lleguen en coche tienen acceso a parking gratis.
Al contar con muchos conocidos puntos de referencia en las inmediaciones, como Rambla de Santa Cruz (2,8 km) y Mercado Municipal Nuestra Señora de África (2,9 km), los huéspedes de Casa del Cura Viejo tienen la oportunidad de visitar con facilidad algunas de las atracciones más populares de Santa Cruz de Tenerife.
Cuando estés en Santa Cruz de Tenerife, es posible que te apetezca probar cangrejo en algún restaurante cercano, como Restaurante Sagrario.
Durante tu visita, no te pierdas museos de historia natural como Museo de Naturaleza y Arqueología, ya que se llega rápido desde el hotel.
Estamos seguros de que disfrutarás de tu estancia en Casa del Cura Viejo mientras descubres todo lo que Santa Cruz de Tenerife ofrece.
Disfrutamos un fin de semana de verano espléndido, Noches espectaculares donde disfrutas de la paz y tranquilidad del lugar. Zonas comunes muy amplias y jardines y aparcamiento propio. El pueblo está relativamente cerca, siempre en coche, las calles son muy "empinadas". La zona de piscina y barbacoa estan geniales. Lo ideal es ir seis personas y ocupar los tres apartamentos.
Acabo de pasar una semana de vacaciones navideñas en esta casa con unos amigos y hemos estado muy a gusto. Manuel Orozco y su familia son personas encantadoras dispuestas en todo momento a que la estancia en su casa sea lo más cómoda posible. El lugar es muy peculiar. Está rodeado de montañas en un lado y al otro puede observarse el Atlántico en toda su majestuosidad. Dispone de un amplio y frondoso jardín en el que se puede comer fuera pues hay una mesa para tal fin. También disponen de barbacoa y piscina. De hecho el 1 de enero estuvimos tomando el sol y comimos fuera. La casa es ideal por sus características para ser ocupada por una familia o un grupo de amigos de 6 miembros, pues son 3 apartamentos. En el caso de que no sea así resulta un poco más incomodo, pero seguramente también se estará bien. Como estábamos solos, le pedimos al dueño una televisión para el salón común, que no la tiene pues cada habitación dispone de la suya propia (por cierto, Manuel nos prometió que iba a cambiarlas por otras más modernas), y tuvo la extraordinaria amabilidad de dejarnos la que el mismo tiene en su habitación durante la semana. Además al llegar nos encontramos con una cesta de bienvenida con aceite, dulces, café, azúcar y una buena botella de buen vino de la zona. Todo un detalle. Al día siguiente nos percatamos de que todas las mañanas nos dejaban en la puerta el pan. Algunas cosas pueden mejorar para que esta casa rural sea todavía mejor de lo que es. El salón dispone de una chimenea que deberían cambiar pues en ocasiones tiene escapes de humo. La iluminación de la casa con bombillas de bajo consumo debería ser modificada pues es demasiado tenue en según que puntos. Otra cuestión es la de los enchufes. Son antiguos y deberían ser cambiados por nuevos. Hay que estar siempre buscando un ladrón para poder enchufar casi cualquier cosa. Los lavabos de cada uno de los baños se mojan continuamente por fuera porque los grifos son muy cortos y al abrirlos se sale el agua por fuera. Y no estaría del todo mal darle una nueva capa de pintura. Algunos somieres de las camas hacen demasiado ruido. Por lo demás todo perfecto. Tan sólo son unos apuntes para que mejoren, pues Orozco y su familia son buena gente y se merecen lo mejor. A la hora de pagar tenga en cuenta que hay que hacerlo al contado pues no se puede pagar con tarjeta de crédito. Una recomendación: bajen al centro del pueblo y pidan en algunos de sus bares que les preparen sus deliciosos y contundentes bocadillos de carne de ternera con queso y salsa mojo picón. ¡Una delicia!…
¡Qué lugar más estupendo y encantador! La Casa Cura Viejo es una cabañita, un "hotel rural", como dicen en España. Tienen tres apartamentos que acogen a dos personas cada uno. Pero podéis poneros en contacto con el propietario (contacto en la página web) y os proporcionará una cama extra para un niño. La piscina es magnífica, un poco fría, si os alojáis en enero o febrero, supongo. Las vistas (principalmente las montañas que la rodean) son geniales. Por la noche, la sala de estar con chimenea ofrece un ambiente bonito y relajante. Conocimos a una pareja muy simpática de Holanda. Aunque la casa está en el pueblo de Arafo, el sitio es muy tranquilo, especialmente por la noche. Pero no os preocupéis, hay restaurantes a poca distancia andando que ofrecen una comida bastante buena. El precio (49 euros, cuando reservamos) es realmente increíble, por lo que se obtiene. Definitivamente, vale la pena.…
Me alojé aquí con un grupo de 7 (3 parejas y un bebé) y tuve una estancia maravillosa. Manuel y Paloma son buenos anfitriones y muy servicial. Los alrededores de Casa Cura Viejo es tranquilo y bonito más arriba en la ladera y al mismo tiempo unos 15-20 minutos de la playa más cercana de la costa este. La casa tiene mucho carácter. Las cocinas individuales son un poco pequeñas. Bueno para unas comidas provechosas experiencias para una pareja pero pequeña para cocinar para 6. La zona común tiene una chimenea y Manuel suministros leña cada día. Una limpieza viene dos veces a la semana para limpiar y sábanas/toallas de cambio. Temperatura son unos pocos grados más que por la costa, pero aún así es muy agradable. Desafortunadamente no es climatizada piscina (que sería agradable en invierno). En general, muy recomendado!…
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