El Hotel Hospes Palacio de San Esteban está ubicado en el Convento de San Esteban, en el corazón de Salamanca, ciudad patrimonio y destino que combina tradición, historia, magia y modernidad.
Las dependencias del Hotel son un ejemplo del patrimonio Dominico. Tanto el Restaurante “El Monje” como algunas de nuestras salas conservan la construcción original y sus muros de piedra aún susurran leyendas y nos regalan rincones mágicos. El conjunto del hotel es un magnífico ejemplo donde convive tradición y modernidad, y donde la huella de la historia está viva en cada detalle.
El hotel es hermoso. Cerca de todas las atracciones de la ciudad. Los empleados muy atentos. El desayuno increíble y el personal cuudaba cada detalle al organizar la habitación. Este será mi lugar de estadía siempre que vaya a visitar a mi hija. 5 estrellas!!!
Es un precioso convento. La suite muy comoda y agradable. Las vistas muy bonitas. La ubicación del hotel es inmejorable. Muy buen trato por parte del personal. Nosotros que somos grandes admiradores de la belleza y la cultura de Salamanca y vamos con frecuencia, éste es nuestro hotel favorito.
No sé por dónde empezar. Aprovechamos una oferta que ofrece el Ayuntamiento 2x1 noches, está claro que el hotel nos dió la peor habitación supongo que debido a la oferta. Es una pena que el dinero de todos se utilice para dinamizar las visitas y el sector que mueve la ciudad y al final se queda en negocios que se aprovechan. Nos quejamos de la ridícula habitación que.nos dieron y nos metieron en otra un poquito más grande, estoy seguro que la habitación era de uso individual pero por no volver a quejarme, decidimos aceptarla. El calor que pasamos toda la noche fue indescriptible, tuvimos que dormir con las dos ventanas abiertas y aún así no separamos media noche sudando. El olor del baño a desagüe, el detalle que te dejan en la habitación caducado en más de 8 meses (nos.dimos cuenta una vez nos los.comimos), para ponerles una denuncia. …
Llegar es facil y el parking en la misma entrada del hotel. El personal de recepcion encantadores, y llenos de interes y conocimientos para aconsejar actividades, restaurantes etc. Las habitaciones grandes y bien decoradas en linea con el edificio, pero con las amenidades modernas necesarias - y por la noche silenciosas con camas muy confortables. La ducha (lastima que se dobla el uso con la bañera) muy bien de presion y las toallas mullidas y eficaces (que no siempre es el caso). El desayuno bien de calidad y variedad - aunque las tortillas francesas no estan a la altura del resto. La ubicacion esta muy bien para pasear por la ciudad a pie, pero sin estar al centro con la las inconvenientes que conlleva un sitio turistico/estudiantil, y para escapar en coche para visitar los pueblos cercanos como La Alberca. Volveriamos.…
El emplazamiento es muy bueno, el entorno del magnífico convento es estupendo. Pero la calidad del alojamiento corresponde directamente a un 4 estrellas, y no 5. Hay algunas habitaciones de fácil acceso, pero para el gran número hay que utilizar 2 ascensores y recorrer pasillos. La habitación es buena, pero más bien pequeña y anticuada. Insuficiente aislamiento acústico y malas ventanas.
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