Casa do Alto es una magnífica elección para los viajeros que visiten Loulé, ya que ofrece un ambiente romántico, además de numerosos servicios diseñados para mejorar tu estancia.
Casa do Alto es un hotel romántico con aire acondicionado en las habitaciones, y es fácil permanecer conectado durante la estancia, ya que ofrece wifi gratuito para los huéspedes.
El hotel tiene conserje, espacio para guardar el equipaje y sillas de playa. Además, los huéspedes pueden disfrutar de piscina y desayuno incluido, lo que lo ha convertido en una opción popular entre los viajeros que visitan Loulé. Para los huéspedes que tengan coche, hay parking gratis disponible.
Cuando te entre hambre, no dudes en dirigirte a Retiro do Campones, O Retiro Vinoteca Restaurant y Adiafa, que son restaurantes de comida mediterránea conocidos por residentes y viajeros.
Lo mejor de todo es que Casa do Alto es una fantástica base desde la que conocer numerosas atracciones de Loulé, como Jardim Dos Amuadas y Convento de Santo Antonio, que son lugares históricos populares.
¡Disfruta de tu estancia en Loulé!
La chica que nos atendió fue amable pero cuando entramos en la habitación y nos dispusimos a dormir la siesta (veníamos de un tirón desde Cádiz) empezaron a limpiar la habitación de al lado con aspiradora y todo. Las puertas de entrada a las habitaciones son puertas de paso y se oye todo. En la habitación lo necesario aunque muy básico. Por 50 euros tampoco se puede pedir más. No volvería
El hotel está situado a 15 minutos en coche de Villamoura, una zona bastante exclusiva pero tranquila para salir a cenar, comer... A 15 minutos en coche de las playas más cercanas y más o menos en el centro de Algarve, lo cual es cómodo para moverse al este u oeste. Está en el medio del campo, un entorno tranquilo pero cerca de la "civilización", sin aglomeraciones. Se puede aparcar sin problemas. Son poquitas habitaciones y el hotel tiene una piscina muy agradable (en el hotel facilitan toallas para piscina y playa lo cual se agradece y mucho). Han hecho un "lavado de cara" y han pintado todo de blanco, decoración cuidada con detalles modernos y un exterior con jardín maravilloso. La habitación no tiene minibar, pero hay unas neveras "comunitarias" para que puedas guardar lo que necesites. La habitación (doble clásica) está genial: amplia, limpia, cama súper cómoda, baño moderno... Eché de menos algo donde poder colgar la ropa mojada tras la jornada de playa o piscina. Hay wifi en todo el hotel. El personal es súper amable y te ayudan en todo lo que pueden. El desayuno no es buffet, es servido en mesa (tienes que rellenar un papel con lo que te apetece ese mismo día) pero bastante completo y rico. Los pasteles de nata están espectaculares y se puede desayunar en unas mesitas en calle, muy apetecible! Tiene buena relación calidad/precio. La parte negativa sin duda son los ruidos (hay miles de cigarras, gallos, perros ladrando...) y por la noche te acribillan los bichos aún con la ventana cerrada. El hotel también facilita un repelente de enchufe pero... En definitiva, recomandable teniendo en cuenta los precios de Algarve. Tranquilo y bien situado.…
Me sorprende ver un alojamiento de similares características en plena temporada alta ofreciendo un servicio y una atención de diez .Un remanso de paz y relax situado en lugar estratégico para recorrer toda la costa y disfrutar de playas ,cuevas y lugares de especial encanto. Otro punto extra más al admitir mascotas .Mi perrito tambien disfruto la estancia ;como si estuviera en casa. Los desayunos son estupendos,en calidad y en abundancia,productos de primera calidad. Aconsejo probar el pastelito de nata,típico de la gastronomía de la zona . Repetiriamos sin dudarlo.
Se trata de un hotel con encanto, ubicado en las afueras de vilamoura (a 3,7km del puerto) con un entorno rural. Lo primero que llama la atención al llegar es su precioso jardín, perfectamente cuidado. Además cuenta con una zona de piscina con tumbonas y sombrillas estupenda. Todo esto hace de la estancia algo relajado y agradable. El trato del personal es perfecto, además hablan todos los idiomas muy bien!! El desayuno en la terraza es tranquilo, con buen servicio y muy completo (solo me faltó tomate! Por decir algo! Jajaj). Eso sí, tienen que gustarte los gatos o por lo menos no tenerles miedo. Éstos campan a sus anchas por las dependencias comunes del hotel, son de la casa, muy limpios y educados. El ambiente rural impregna la estancia con sonidos de la naturaleza que te hacen desconectar del ajetreo diario. En general un hotel diferente donde pasar una vacaciones tranquilas y poder visitar todos los rincones del paraiso natural que es el Algarve.…
Casa do Alto es un sitio encantador, bien cuidado y acogedor. Si bien es cierto que necesitas el coche para todo, la tranquilidad y serenidad que desprende el sitio, bien lo merece. El personal del hotel es muy amable y pendiente en todo momento. Volveremos sin duda!
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