Ubicado en la ciudad de Oporto, a solo 3 km del centro de una de las zonas más vibrantes de Portugal, el Palácio do Freixo, un edificio que fue declarado Monumento Nacional en 1910, es un ejemplo único de arquitectura barroca que cuenta con casi 10 000 m2 de jardines y espacios verdes con unas impresionantes vistas al río Duero.
Este hotel, que brinda el escenario de un resort urbano de excelencia y es miembro exclusivo de The Leading Hotels of the World, le ofrece una experiencia inigualable en la que se funde el estilo clásico con el confort contemporáneo.
El Pestana Palácio do Freixo se caracteriza por su suntuosa arquitectura del siglo XVIII. La obra es de Nicolau Nasoni, un importante arquitecto gracias al que la ciudad de Oporto fue declarada Patrimonio de la Humanidad.
El edificio principal es uno de los monumentos más notables del barroco portugué. Sus orígenes se remontan a 1742 cuando fue construido por encargo del caballero de la Orden de Malta Vicente Távora Noronha, pasando a sus descendientes , siguió en manos de la familia durante más de cien años ,hasta que en 1850, fue vendido a Antonio Afonso Velado, primer vizconde de Freixo. A lo largo de su historia sufrió distintas modificaciones, la más importante fue la que le adosó una fabrica de harina de la que todavía se conserva la estructura y una gran chimenea de ladrillo rojo que destaca junto a la piscina y terrazas exteriores del palacio. En 1910,el conjunto fue declarado Monumento Nacional y en 1986 pasó a ser propiedad de la Cámara Municipal de Oporto, transformándolo en un establecimiento hotelero singular. El elegante palacio choca con el edificio industrial de ladrillos rojos adosado que lo afea considerablemente, una pasarela los une para llegar a las habitaciones de la antigua fábrica decoradas de forma muy sencilla. Una pena de palacio. Lo más bonito el salón principal del edificio noble, los jardines y las vistas sobre el rio Duero.…
Excelente hotel en todos los aspectos tanto a nivel de instalaciones y equipamiento, como del personal. El palacio es precioso y el edificio de las habitaciones está decorado en sintonía. Las habitaciones sobrias pero limpias, amplias y muy bien equipadas. El motivo del viaje era para una celebración de aniversario y sido un gran acierto. Sin lugar a dudas repetiremos.
Mi experiencia ha sido magnifica, muy buen servicio y limpieza. Solo critico la decoración e iluminación de los dormitorios y baño, que no están en absoluto a la altura de un hotel tan excepcional. Por lo demás, el palacio, la piscina, espacios comunes y su localización son espléndidos.
El hotel es muy bonito. El desayuno estaba muy bueno. El personal muy agradable. Perfecto para desconectar. Tienes spa y gimnasio. Cenamos en el restaurante es el hotel( previa reserva) y estaba todo muy bueno y no es muy caro. Merece la pena pasear por los jardines y disfrutar del hotel.
El comedor es diminuto, hay que hacer turnos para desayunar, la distancia entre las mesas no se adapta a las medidas de prevención del COVID 19, no sé quién diseñó el comedor pero desde luego no tuvo en cuenta que la posada en ciertas fechas se puede llenar de huéspedes. Un caos.
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