La limpieza no sé si es que la empresa lo contrato así o que pero la cama en 11 días de estancia solo la hicieron 1 vez las toallas la cambiaron 1 vez y por que le dígitos que por favor nos dieran unas limpias yo en mi habitación pedí gel de baño el cual me dijeron que mañana ha pasado 4 días y aún no tengo gel de baño me tengo que duchar con jabón de manos que algo queda Los mosquitos los más asesinos que conozco de toda España “por trabajo suelo viajar bastante por toda España” Insectos que no había visto en mi vida En fin la experiencia mia personal muy mala Si es verdad que al ser un antiguo convento hay mucha tranquilidad hasta el punto que nos llamaron la atención por hablar en tono normal Las habitaciones mejor no decir nada ya que la pareja de la habitación de al lado los escuchaba de practicar sexo ósea insonorización de habitaciones cero Si es por mi no vuelvo ni loco…
Hemos estado dos noches en este maravilloso rinconcito de Mallorca. El hotel es un antiguo convento, que conserva elementos que pertenecían al convento, muy bien integrados en la decoración. El salón o sala de estar es espectacular y acogedor y las habitaciones tienen una decoración austera, manteniendo la paz y tranquilidad del antiguo convento, pero con todas las comodidades, cosa que invita a una desconexión total. Destacar el colchón, comodísimo. Inmejorable el trato recibido por parte de Toni y Dominique, echamos de menos tus desayunos Toni, gracias a los dos por "mimarnos" tanto.
Tranquilidad máxima a 5 minutos de Palma, un entorno encantador unas instalaciones preciosas, comodas y limpias. Un desayuno casero y lo mejor Dominique y Toni. Gracias por sentirnos en casa, volveremos.
Estuvimos alojados mi marido, mi hija (2 años) y yo el pasado mes de julio. Buscábamos un alojamiento que tuviera buena relación calidad-precio y que no fuera el típico macro-hotel masificado de la zona costera. Encontramos este tranquilo convento reconvertido y la verdad es que hemos venido encantados.Hotel pequeño, tranquilo, familiar, limpio, con todo tipo de detalles y a pocos minutos de Palma. Si que es verdad que al estar a la afueras se recomienda la utilización de coche. Tiene parking propio gratuito. Nos alojamos en la habitación Sor Margarita (aquí todas la habitaciones tienen nombre eclesiástico), pero me imagino que suceda con todas, han sabido mantener el espirito sencillo del convento con pinceladas de modernidad y adaptado a todo el mundo. Nos pusieron ademas cuna para mayor comodidad del bebe. Los dueños, Tony y Dominique son encantadores. Muy atentos y te hacen sentir como si fueras de la familia y estuvieras en casa. El desayuno no tiene buffet libre, pero es lo suficientemente variado para todo tipo de gustos: fruta, zumo, distintos tipo de pan, mermelada, mantequilla, queso, yogur, platos calientes, etc.. La verdad que si te lo llegas a comer todo sales bastante lleno y con algún kilo de mas. Tiene dos piscinas, a cual mas bonita. Limpias y cuidadas. En definitiva la mejor opción para alojarse si buscas algo diferente y bien situado para recorrer la isla. Repetiremos sin duda.…
Un descubrimiento sin lugar a dudas. Como se anuncia es un antiguo convento, donde se ha respetado la arquitectura de los edificios, especial mención a sus jardines, y exteriores donde se puede apreciar con el mimo y cuidado que deben de ser cuidados. A cada paso puedes encontrar cualquier rinconcito precioso, donde se puede admirar la belleza de la naturaleza, rodeado de un enclave que te invita a la paz y la tranquilad. Estas zonas cuentan con una pequeña piscina y hamacas y próximamente será inaugurada una segunda piscina más grande, que sin duda será otra zona estupenda para el disfrute de los clientes. Ya solamente x esto merece la pena la visita a este establecimiento. En lo que se refiere al hospedaje, me consta que existen, dos zonas diferenciadas. En la que yo tuve la suerte de disfrutar, cuenta con habitaciones dobles con baño y zona de salón y cocina-comedor, decorados incluso con antigüedades que te transportan a tiempos pasados. Ofrecen servicio de desayuno y cena, esta última opcional, donde se puede degustar la cocina casera mayorquina. He leído en alguna opción que es lugar apartado en ninguna parte, eso no es correcto, ya que se encuentra a 15 kilómetros del aeropuerto y palma, con acceso a la autovía y por lo tanto a cualquier lugar de la isla, eso si, es un lugar en un pueblecito precioso de casas bajas de piedras típicas de la zona, donde el encanto reside en la paz y la tranquilidad , ese es el mayor atractivo de este establecimiento. Resaltar la simpatía y el trato de todos los trabajadores del asís y como no, especialmente a sus propietarios, Dominique y Toni, que son espectaculares en su trato con los clientes, familiares, cercanos, amables, simpáticos...... Siempre atentos y dispuestos a mejorar la estancia de cualquier forma. Para ellos mi enhorabuena, en muy pocos sitios encuentras personas que te hagan sentir la cercanía y familiaridad como ellos. Os ánimo a seguir adelante como hasta ahora, muchas gracias x todo. …
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