Fuimos a comer un grupo de 5 adultos y un niño pequeño. La comida de buena calidad-precio, para el niño hicieron menú infantil. Nos gustaron especialmente las alubias y el secreto. El sitio cumple con las medidas Covid, el comedor es acogedor y el trato fue muy amable.
La atención de Rafa fue excelente. La habitación acogedora y calentita. El baño contaba con amenities para el aseo personal. El desayuno muy bueno con zumo de naranja natural y tostadas recien hechas. Las cenas es verdad que flojas. Muchisimas rutas para salir con el perro y con las bicis.
Trato muy cercano con un buen servicio y voluntad de agradar. Una vuelta a los básicos que de vez en cuando conviene hacer. El hotel es más que correcto para un entorno natural que conviene descubrir.
Siendo octubre y entre semana, en el muy bonito, pero poco poblado Yanguas, sorprende que se mantenga abierto un restaurante donde se coma bien y a buen precio: entrantes a elegir y una buena carne, con unos postres aceptables.
Fuimos por primera vez hace 12 o 13 años y nos encantaron la zona y los Cerezos de Yanguas. Hemos vuelto este fin de semana para ver las icnitas con nuestra peque de 8 años y hemos estado de nuevo en Los Cerezos de Yanguas y nos ha vuelto a encantar: la habitación genial para los tres, con una cama súper en la que cabíamos los tres :), súper tranquila en la que hemos descansado después de un día de excursión muy intenso, un desayuno súper rico y muy completo y totalmente casero y natural, la atención maravillosa y hemos desconectado, que era lo que queríamos y no queríamos volver ninguno de los tres. Genial y súper recomendable. Gracias
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